Volver a la luz
Quienes han tomado una clase de movimiento expresivo energético, la describen como “la clase de danza”, “de gimnasia” y/o de “yoga dinámico”, debido a la exploración de ritmos, sonidos, estiramientos y relajaciones e introspecciones que ocurren en alrededor de 60 minutos.
Es un poco de todo, afirma Leticia Cavazos, terapeuta familiar sistémica, actriz e instructora en Guadalajara, Jalisco, de dicha técnica psico-corporal desarrollada en Argentina desde hace más de 50 años, dentro de la escuela conocida como “Río Abierto”, misma que ha permitido a muchos hacer consciente la conexión cuerpo y mente, que tantas veces se creen de diferente ámbito, afirma Leticia Cavazos, terapeuta familiar sistémica, actriz e instructora de dichas técnicas psico – corporales: “…hay un error al pensar que somos emoción por un lado, mente por el otro, cuerpo por el otro, somos un todo, cada ser humano tiene estos tres componentes: cuerpo, mente emoción y están totalmente interrelacionados, entonces, cuando tu mueves el cuerpo, de cierta manera, hay memorias, emocionales que sin tu quererlo, al moverte, se libera de alguna manera, se suelta por así decirlo…”.
Esta liberación, ayuda especialmente a las personas que se les dificulta expresar verbalmente sus emociones o que no identifican el momento de su vida que los mantiene en conflicto, y es que sin darnos cuenta, las memorias y las dolencias emocionales se van guardando, para mantener el personaje que mostramos a la sociedad, que puede ser muy diferente a nuestra verdadero yo, lo cual, puede acarrearnos una gran variedad de conflictos emocionales y de salud.
Afortunadamente, tomar una clase de movimiento expresivo puede ayudarnos a conectar con aquello que tememos enfrentar, pero de una manera segura.
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